Estrategias para reducir el agotamiento y pasar a la acción: lo que habíamos creído que era pereza, era agotamiento
En el taller celebrado ayer 28 de noviembre, se comenzó realizando una revisión de algunas cuestiones que tienen que ver con el autoconocimiento. Razón, emociones e impulsos, eneagrama de la personalidad, ventana de Johari, niveles de la conciencia de Hawkins, entre otros.
Partiendo de la premisa de que "la supervivencia tiene más peso que la evolución" y relacionando esto con el cerebro más primitivo - cerebro reptiliano - se estuvo realizando una identificación de prácticas que pueden ayudar a cualquier persona a reducir el agotamiento. Uno puede marcarse racionalmente una serie de objetivos pero muchas veces, la voluntad y el programa mental van por separado. La voluntad se agota. Para poder tener suficiente energía, es bueno realizar una serie de prácticas que van desde las más obvias a otras que son más ignoradas con frecuencia. Entre ellas, se destacaron las siguientes:
1) Dormir mejor y más tiempo y comer bien y nutrirse. Estas dos cuestiones parecen obviedades pero lo cierto es hoy se duerme peor; tiene mucho que ver el uso de pantallas pero hay más temas. Uno puede establecer un "ritual del sueño" para reeducarse y recuperar la calidad del sueño. Por otra parte, está comprobado que una mala alimentación repercute en la disminución de la energía vital. Se recomienda investigar sobre hábitos de alimentación saludable. La referencia en nuestro ámbito geográfico es la pirámide mediterránea. En páginas como la de la Fundación Española del Corazón, por ejemplo, puede encontrarse información de interés relacionada con estos temas.
2) Concentrarse en una única tarea. Practicar la monotarea. En el trabajo del conocimiento especialmente, frente a un ordenador, la tendencia es tener numerosas ventanas abiertas en la pantalla y estar pasando de una a otra, con la distracción y la pérdida de energía que esto supone. Se propone practicar ciclos de monotarea de 90 minutos dedicados exclusivamente a una actividad que se tenga que realizar. La atención y la concentración son "dos músculos" que se pueden entrenar y marcan la diferencia. Pasar de tener "momentos de trabajo" a tener "jornadas de trabajo". Pasar de realizar trabajos mediocres producto de frecuentes interrupciones a desarrollar trabajos de más calidad fruto de haber entrada en altos niveles de concentración. Cuando alguien deja de hacer una tarea se estima que tarda unos 10 minutos en volver a concentrarse en lo que estaba realizando. La continua interrupción nos agota.
3) Cuidar la respiración. Si la mente es el jinete, la respiración es el caballo. Habitualmente, no somos conscientes de nuestra respiración. Se propone aquí practicar unos 10 minutos la respiración consciente. La buena respiración seda al sistema nervioso y tranquiliza el cuerpo.
4) Entrenar la flexibilidad mental y física. La flexibilidad es la vida y la rigidez es la muerte. Uno puede realizar estiramientos físicos y esto repercutir en la flexibilidad mental. La rigidez es contracción. Por otra parte, puedes tener una mente rígida que se entrene en la flexibilidad. Uno puede marcarse 4 - 5 objetivos para el día siguiente. Si empieza mal el día, por ejemplo, porque se ha quedado dormido, si tiene una mente rígida piensa "mañana empiezo con estos objetivos". Una mente flexible es capaz de readaptarse y decir "bueno, no puedo hacer 2 objetivos porque ya voy tarde, pero voy a hacer los otros 2 - 3 que había pensado". Es cuestión de prestar atención a esto y practicar la readaptación.
5) Buscar la armonía. La rueda de la vida es una herramienta que recoge los diferentes aspectos de la vida de cualquier persona. Salud, familia, amor, dinero, desarrollo personal, desarrollo profesional, ocio y entorno vital. Se recomienda realizar esta actividad para obtener un diagnóstico personal sobre cómo nos sentimos de satisfechos en cada uno de estos aspectos, identificar cuáles son los más prioritarios para uno y poner en marcha acciones voluntarias para mejorar los que estimemos.
6) Respetarse a uno mismo y a los demás. Respetar significa volver a mirar, tener consideración. Aplicado a uno mismo sería actuar de acuerdo con nuestros valores y personalidad y aplicado a los demás sería aceptar al otro plenamente sin intentar modificarle o imponerle algo de nuestra parte. Cuando nos apegamos a que el otro debe cambiar o comportarse de cierta manera, estamos perdiendo energía.
7) Buscar la calidad de las experiencias y las experiencias de flujo. Esta sugerencia se base en el libro "Fluir" de M. Csikszentmihalyi que recoge cómo mejorar la calidad de nuestras experiencias hasta llegar a experimentar "las experiencias de flujo". Se ha demostrado que estas experiencias nos generan felicidad. Son esos momentos en que el tiempo se nos pasa volando y se nos olvida hasta comer. Conscientemente, se puede dedicar un tiempo a buscar y experimentar esas experiencias.
9) Reducir el consumo de tecnología y televisión. Está claro que el abuso de las pantallas está trayendo consecuencias. Desde la pérdida más rápida de visión hasta vivir permanentemente distraídos. La tecnología nos resta energía si abusamos de ella.
10) Combinar trabajos mentales con trabajos manuales. Si tu trabajo es mental, está bien que realices actividades manuales en otros momentos del día o de la semana. Por ejemplo, cocinar, cuidar las plantas, coser, escribir, dibujar, etc. Y viceversa. Si tu trabajo es manual, puedes leer, estudiar, aprender, memorizar, etc.
Tener en cuenta estas 10 estrategias y practicarlas contribuirá a la reducción de nuestro agotamiento y de este modo, estaremos mejor preparados para afrontar las exigencias que nos supone la realización de un trabajo de calidad y la obtención de ingresos para poder llevar una buena vida.
Seguimos.
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